A los 28 años,  *Cheslie Kryst hizo historia como Miss USA 2019, lo que le dio una perspectiva única sobre el vínculo (a menudo dañino) entre la juventud y los logros. En este ensayo, la ex abogada y corresponsal de televisión nominada al premio Emmy, reflexionó sobre su viaje para superar la incesante presión de alcanzar logros, y de cómo encontró satisfacción y propósito en sí misma:

Por *Cheslie Kryst

4 de marzo de 2021

|  Cada vez que digo "voy a cumplir 30", me estremezco un poco. A veces puedo enmascarar con éxito esta respuesta incómoda con emoción; otras veces, mi entusiasmo se siente vacío, como una mala actuación. La sociedad nunca ha sido amable con los que envejecen, especialmente con las mujeres. (Se hacen excepciones ocasionales para algunas de las ricas y algunas de las famosas). Cuando fui coronada Miss USA 2019 a los 28 años, era la mujer de mayor edad en la historia en ganar el título, una designación que incluso la brillante perla de $ 200,000 y La corona de diamantes de Mikimoto apenas podía brillar para algunos fanáticos acérrimos del concurso que inmediatamente comenzaron a solicitar que se redujera el límite de edad.

Una mirada sonriente y con ojos arrugados a mis logros hasta ahora me da vértigo por sentar las bases para más, pero cumplir 30 se siente como un frío recordatorio de que me estoy quedando sin tiempo para ser importante ante los ojos de la sociedad, y es exasperante.

Después de un año como 2020, uno pensaría que hemos aprendido que envejecer es un tesoro y que la madurez es un regalo que no todos pueden disfrutar. Demasiados de nosotros nos permitimos ser medidos por un estándar que algunos se niegan severamente a desafiar y otros simplemente aceptan porque encajar e ir con la corriente es más fácil que remar contra la corriente. Peleé esta pelea antes y es la batalla con la que estoy peleando actualmente 30.

¿Cómo sacudo las normas inquebrantables de la sociedad cuando me enfrento al implacable paso del tiempo? Es la vieja pregunta: ¿Qué sucede cuando "inamovible" se encuentra con "imparable"?

Para ser justos, no nací del útero, espada en mano, para pelear la buena batalla y ciertamente no estoy exenta de pertenecer a la multitud de ir con la corriente en alguna ocasión. Recuerdo estar enamorada de las listas “20 menores de 20” y “30 menores de 30” que vinculaban el logro con la juventud y lo llamaban éxito, listas que seguramente tienen la intención de reconocer la rareza de lograr hazañas sobresalientes a una edad temprana. Pero tuvieron un efecto secundario desafortunado en algunos jóvenes, que se sintieron alentados a acumular logros lo más rápido posible para estar a la altura de sus compañeros.

Cuando me gradué de la universidad y opté por continuar mis estudios en la Universidad de Wake Forest, decidí obtener una licenciatura en derecho y una maestría en administración de empresas al mismo tiempo. (¿Por qué detenerse en dos grados cuando puedes tener tres?) Me uní a un equipo de prueba en la escuela y gané un concurso nacional. competí en un tribunal simulado; gané concursos de redacción; y obtuve puestos en juntas ejecutivas locales, regionales y nacionales. Casi me muero trabajando, literalmente, hasta que un período de ocho días en un hospital local provocó el desarrollo de una nueva perspectiva.

Descubrí que la pregunta más importante del mundo, especialmente cuando se hace repetidamente y se responde con franqueza, es: ¿por qué? ¿Por qué obtener más logros solo para obtener otra victoria? ¿Por qué buscar otra placa, medalla o artículo en mi currículum si es por vanidad y no por pasión? ¿Por qué trabajar tan duro para alcanzar los sueños que la sociedad me ha enseñado a querer cuando sigo encontrando solo vacío?

Con demasiada frecuencia me di cuenta de que las únicas personas impresionadas por un logro eran aquellas que lo querían para sí mismos. Mientras tanto, fui recompensada con un anhelo solitario por el próximo premio. Algunos verían este hambre y lo etiquetarían como “competitividad”; otros podrían llamarlo la sed insaciable de la inseguridad.

Estaba más avanzada en el viaje de aprender esta lección cuando gané Miss USA. Mi reinado no fue un ejercicio de lo esperado; en cambio, se sentía lleno de propósito. De hecho, desde el momento en que gané, mi reinado encendió un mayor deseo de comprometerme con la pasión, la intención y la autenticidad.

Se supone que las chicas del concurso son modelos: altas y esbeltas, se ponen el pelo abultado y tienen un andar espectacular. Pero mi estatura de cinco pies y seis ganó con abdominales marcados, obtenidos después de años de competir en la División I de atletismo, y una cabeza de rizos naturales en una época en la que a generaciones de mujeres negras se les ha enseñado que ser "demasiado negras" les costaría victorias en la sala de juntas y en los escenarios de los concursos. Mi desafío al statu quo ciertamente llamó la atención de los trolls, y no puedo decirles cuántas veces he borrado comentarios en mis páginas de redes sociales que tenían emojis de vómito e insultos diciéndome que no era lo suficientemente bonita para ser Miss USA o que mi estructura muscular era en realidad un "cuerpo de hombre".

Y eso era solo mi apariencia . Mis opiniones , por otro lado, fueron suficientes para hacer que un fanático de los concursos tradicionales se llevara las perlas.

Se supone que las mujeres que compiten en certámenes tienen una opinión intermedia, si es que la tienen, para no ofender. Hablé con franqueza sobre mis puntos de vista sobre la legalización de la marihuana, las políticas de inmigración de la Administración Trump, las leyes contra el aborto, la confirmación de la jueza Amy Coney Barrett y los éxitos y fracasos de la reforma de la justicia penal. Apoyé abiertamente el resurgimiento del movimiento Black Lives Matter y marché en protestas durante el verano. No buscaba recolectar más premios o reconocimientos durante mi reinado. Más bien, alimenté la pasión que hacía que despertarse cada mañana valiera la pena: hablar en contra de la injusticia.

Mi cumpleaños número 29 se sintió muy emblemático de la temporada en la que estoy ansiosa por comenzar. En una época en la que las fiestas de cumpleaños extravagantes son el estándar de oro de las celebraciones, estaba felizmente atrapada en mi apartamento, desfilando con una blusa de seda negra, pantalones cortos a juego y una bata hasta el suelo mientras devoraba un pudín de plátano y revisaba las llamadas de cumpleaños. Incluso llevé mi corona por el departamento la mayor parte del día sabiendo que tendría que devolvérmela al final de mi reinado como Miss USA. Hice lo que quería en lugar de lo esperado.

Ahora, entro en el año 30 en busca de alegría y propósito en mis propios términos, y eso se siente como mi propia dulce victoria".  |

Tomado de www.allure.com/

*Cheslie Kryst, falleció a los 30 años, el domingo 30 de enero, poco después de las siete de la mañana, hora Nueva York, luego de caer de un rascacielos en el que vivía, en la ciudad de Manhattan. La ex reina de belleza, modelo, especialista en moda y abogada, fue hallada muerta en la calle, y las autoridades policíales suponen que se trató de un suicidio.

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