Entrevista a Deborah Carthy-Deu a 30 años de haber sido coronada como Miss Universo: "No vivo con la corona puesta"

Julio 15, 2015

Deborah Carthy Deu será recordada siempre por su distinción, elegancia, clase, cultura y una confianza en sí misma que transmitió no sólo al jurado que la eligió como la segunda Miss Universo puertorriqueña, sino a los millones de televidentes en el mundo que la vieron coronarse ese 15 de julio de 1985.

En adelante, muchas de las candidatas que la sucedieron integraron su estilo, que no era otro que ser ella misma, a su entrenamiento. No obstante, hubo quien la criticó por ser “una reina fría” que no lloró a raudales al ganar.

“Era como yo entendía que debía de conducirse una Miss Universo. Ganar un título no es para estar haciendo grandes escenas de lágrimas ni aspavientos, sino para estar contenta. Quizá en el contexto de algunas personas ser fina y recatada era ser fría como criticaron algunos. Ahora que soy una mujer madura me chocan más esas estridencias en esas jóvenes, y, utilizando un término muy de ellos, (la juventud) con ese explayamiento una muchacha puede lucir exagerada”, comentó la exreina de belleza quien esa noche se destacó también como bailarina, talento que la posicionó en la primera fila de las candidatas en el escenario desde el principio de la competencia, cuya final se efectuó en el Centro de Convenciones James L. Knight, en Miami.

Deborah considera que jugó a su favor que el jurado, compuesto entre otros por la cantante española Rocío Jurado y la bolerista cubana Olga Guillot, fue el mismo hasta el final.

“Estábamos cuatro días con el mismo jurado. Lo primero que hacían era revisar la biografía de las candidatas que les entregaban antes de conversar con nosotras por unos 10 minutos. Nos dividían en grupos que ellos veían en tres días, y así podían destacar a sus favoritas de ese día. Me parece que era más justo de esa manera. Podían hacer una evaluación concienzuda. En aquella época buscaban una muchacha, aunque pensando en la parte comercial, que tuviera sustancia no un maniquí como ahora. No dudo de las capacidades intelectuales ni académicas de las jóvenes de estos tiempos, pero es que nadie se entera”.

La presentadora da una mirada atrás y con la seguridad que siempre la caracterizó siente 30 años después que aquella adolescente de 19 años es hoy una mujer realizada

“Me veo con una trayectoria muy larga. Soy la misma pero con otra experiencia de vida, más madura, más centrada en las cosas que de verdad tienen sentido en la vida. Guardo un bonito recuerdo del Miss Universo, muy diferente a lo que es hoy día, pero no vivo con la corona puesta y nunca lo he hecho. No es mi interés estar en ese mundo. Ya lo viví, ya lo disfruté y fue de gran satisfacción representar a la mujer puertorriqueña”.

Pero no todo fue alegrías para la hoy maestra de modelaje y refinamiento.

“Era sacrificado porque no estaba cerca de mi familia y no existía todas estas formas de comunicación de hoy día. Fui la reina de la transición cuando la marca de trajes de baño Catalina vendió el concurso a la Paramount Pictures y la sede fue trasladada a California por lo que estaba aún más lejos de mis seres queridos. Los horarios eran intensos, sólo dormía cuatro horas diarias y trabajaba toda la semana, no había fines de semana libres. A veces cogía tres aviones para visitar en un día. En las maletas llevaba siempre ropa de invierno y de verano porque no sabía cuándo iba a regresar al apartamento. Después la organización tuvo que hacer unos ajustes en los salarios y los horarios, pero nunca me queje”.

El Miss Universe en la era Trump

Deborah destacó que antes “los organizadores de Miss Universo tenían más seriedad y gozaban de un prestigio y un glamour, algo que se ha perdido por intereses comerciales”.

Sobre las expresiones del magnatecontra lo emigrantes mexicanos y hasta contra su propia reina, Paulina Vega, señaló que las cosas hay que tomarlas según de quien vienen.

“Lo peor es que Trump sólo se pronuncia sobre ellos "(los emigrantes) con la intención de acaparar la atención de los medios y en su ignórancia cree que ofendiéndoles adelanta sucandidatura para la presidencia de Estados Unidos. Aunque triste no debe sorprender, no es la primera vez que lanza comentarios ofensivos sobre otras personas o grupos”.

Lo contrario a un Trump, Anna Santisteban, directora nacional de Miss Puerto Rico hasta el 1995, mantuvo una imagen impecable. Ella nunca ocultó sus deseos de que Deborah fuera su sucesora y tras la Miss Universo entregar corona se convirtió en la conductora del concurso local.

“Para algunos, Anna podía ser cursi, exagerada, por su pronunciación, pero era una mujer con mucha humanidad, cariñosa, seria, de buen gusto, y dondequiera que iba todo el mundo la trataba como una gran señora”.

Sostuvo la modelo que nunca pensó en usar el título de Miss Universo como plataforma para llegar a los medios como la mayoría de las reinas. Para ella era sólo una ilusión que tenía desde niña. “En una ocasión cuando estando en Miami con mi familia estaban pasando el concurso y les dije ‘algún día voy a estar ahí’ y me lo propuse”.

Sus estudios primero

Una vez entregó la corona surgieron algunas ofertas, pero ella prefirió regresar a la universidad. “Terminé un bachillerato en Humanidades con concentración en Teatro y otro bachillerato en Educación, y me gradué Magna Cum Laude y medalla del Teatro por estudiante destacada”.

Con frecunecia se culpa a los directores de las franquicias locales el no haber tenido otra Miss Universo recientemente u otra Miss Mundo más, sobre el tema Deborah opina que “independiente el director nacional busque hasta debajo de las piedras la candidata tiene que reunir una serie de requisitos, y no todos los años van a triunfar”.

De la animadora haber tenido una niña que hubiese querido participar en un concurso ella afirma la hubiera apoyado. “Cada quien tiene que hacer de su vida lo que quiere siempre que no falte el respeto a su dignidad”.

Catalina Morales, actual Miss Universe Puerto Rico es nacida en Colombia de padres colombianos y de alguna forma tiene relación con los orígenes de Deborah, quien es hija de padre colombiano y madre española. Ambas han recibido reproches por esa situación.

“Nosotros somos sui géneris palo si bogas y palo si no bogas, en vez de estar felices por tener una candidata como ella, la critican. Algunos detractores quisieron usar mis orígenes en mi contra, pero yo nací aquí en el hospital Presbiteriano. Uno no es necesariamente de donde nació sino de donde se cría”.

Su hijo, su mayor realización

Hace cinco años Deborah se convirtió en madre de un varoncito, su más grande proyecto de vida.

“Soy muy feliz en mi etapa de mamá, y le doy gracias a Dios que estoy tranquila en mi vida amorosa, y disfruto de esas bendiciones. Algunas se me adelantaron en eso de ser madre, pero mi niño llegó en el mejor momento”.

Ese sentimiento de madurez y maternidad le ha servido para que, a través de Deborah Carthy Deu Estudio y Agencia de Modelos, la presentadora descubriera una oportunidad para influir y ayudar en su superación a niñas y jóvenes desde los cuatro años de edad hasta universitarias.

“Busco un balance para que esa joven sea una modelo, con buenas costumbres, de elegancia; no dirigirla hacia el espectro ordinario y vulgar. De ahí viene la palabra modelaje que relacionan sólo con el fashionismo. Además, doy talleres de etiqueta a compañías, hago animaciones y siempre estoy tratando de echar hacia adelante haciendo cosas bonitas”.

Hace 30 años Deborah no imaginaba su vida como es ahora. “Superó mis expectativas. Uno tiene unas proyecciones y surgen otras que te hacen dar cuenta que no todo está escrito en blanco y negro, y que la vida está llena de matices”.

Cuando comenzó a prepararse para la vida después de entregar corona, Deborah se visualizaba en la actuación, no como animadora, y mentora de niñas, y varones. “Me enorgullece que de alguna manera haya sembrado el estudio en ellos. Lo del modelaje ha sido una gran bendición, un legado que empezó mi mamá, que era bailarina, artista, y me siento plena. Tengo muchas inquietudes, pero no siento ese desespero, ni frustración por hacer cosas porque estoy llena de satisfacciones”.