“¿Había que esperar a que yo aparezca con la cara quemada con ácido para denunciar?”, se pregunta Alina Akselrad al momento de recapitular el horror que vivió en 2019. “Muchos creen que las reinas somos solo una cara bonita que saluda desde un escenario, pero nadie se imagina todo lo hay que pasar para llegar a esto”, cuenta a Clarín la joven de 22 años que hace pocos días participó de Miss Universo, el certamen de reinas más importante del mundo.

Durante varios meses de 2019, tanto Alina como su madre y hermanas denunciaron que fueron víctimas de amenazas y hostigamiento telefónico. Lo que empezó siendo una broma, terminó en la Justicia. Hace pocos días se elevó a juicio la causa en la que el periodista Ignacio “Nacho” Morero es el único acusado por los hechos.

“Esa carita de reina te la vamos a quemar con ácido. Mirá la carita linda de tu hija porque va a ser la última vez que la vas a ver así. Si vos querés seguir participando en reinados pensalo bien, porque esa carita ya no te va a ayudar más”, habría sido la amenaza más fuerte que emitió Morero, por la que Alina se terminó yendo del país.

El abogado Fernando Moyano, que representa a la víctima, explicó a Clarín que el periodista está imputado como “supuesto autor responsable del delito de amenazas calificadas por el anonimato, artículo 45 y 149 bis del código penal”. De ser hallado culpable, podría recibir entre uno y tres años de prisión.

Con la causa elevada a juicio, el abogado defensor del acusado, Guillermo Naum, dijo que han presentado una “oposición”, en función de lo que establece el código penal. En una comunicación muy escueta, agregó: “Esto nos da la oportunidad de recurrir la situación a juicio, con los argumentos que vertimos en el escrito. Nosotros entendemos que en la causa existen algunas inconsistencias que se pueden modificar, para mejorar la situación de mi cliente”.

Consultado sobre cuáles son esas inconsistencias, contestó que eso está “dentro del secreto profesional. Hasta aquí tengo autorización de mi cliente para hablar”. Naum agregó que desde la defensa pedirán el sobreseimiento de Morera, y un cambio de calificación legal.

Sobre la oposición presentada, el abogado de Alina explicó que se trata de un recurso válido en cualquier proceso, que será resuelto por el Juez de Control. Actualmente aguardan la resolución del magistrado para avanzar en la causa. “Nosotros estamos convencidos de que los hechos existieron y de que Morero fue el autor de los mismos”, dijo a Clarín.

“¿Cuál es la manera más grosera de amenazar a una Miss? la que este señor usó: ‘te voy a quemar la cara con ácido’. A mí no me amenazan así. A una Miss sí”, agregó.

El origen del conflicto

Para explicar los hechos, la joven oriunda de Córdoba Capital se remonta al 2016. Aquel año fue coronada reina nacional de la Frutihorticultura en la ciudad de Colonia Caroya. “Estuve dos años consecutivos como reina por la cantidad de trabajos, labores sociales y culturales que realicé. Fue un premio honorífico a mi persona por parte de los organizadores. También me nombraron embajadora de la ciudad, para seguir trabajando codo a codo con el municipio”, contó.

Alina comenzó a destacarse cada vez más en su trabajo, lo que generó “odio y bronca” en otras personas. “Todo esto empezó a marcar un ambiente de celos, indiferencia y envidias con todo el grupo de soberanas. Les molestaba que yo siguiera ligada a las labores pese a que ya no fuera reina, y que me hubieran reconocido embajadora de la ciudad”, expresó.

Por todas sus tareas conectadas al lugar, la joven se mudó con su familia a Colonia Caroya, a 50 kilómetros de la capital provincial. Allí alquilaron una casa, donde pasaban la mitad de la semana. El resto del tiempo estaba en Córdoba, porque allí seguía estudiando locución y periodismo. En marzo de 2019 iba a realizarse una nueva Fiesta de la Frutihorticultura. Vinculada fuertemente con Colonia Caroya, Alina sería protagonista en esa nueva edición. Meses antes del evento, comenzó el hostigamiento telefónico.

“Primero lo tomábamos como una broma de alguien que se juntó con los amigos a tomar y marcó un número al azar. Pero después empezó realmente el miedo, porque no sólo que me llamaba a la madrugada casi todos los días, sino que me decía cosas como: ‘lo vi a tu papá en tal lugar, la vi a tu mamá bajándose del auto a tal hora, la vi a tu hermana en tal lado’, y todo lo que nos decía esta voz masculina era verdad”, relató la joven.

“Como tenían tantos datos personales míos, dejó de ser una broma y empecé a sentirme perseguida”, agregó Alina. Remontándose a aquellas semanas de angustia, contó también una situación extrema que la dejó paralizada: “Una de las veces estábamos en Colonia y me llama diciéndome que nos íbamos a bañar con agua fría. Primero no entendí nada, pero cuando llegamos a mi casa vimos que nos habían vaciado la garrafa de gas. Te cuento esto para que te des una idea de que las amenazas siempre tenían conexión con algo de la realidad, no eran solo llamados”, detalló.

“Minutos después nos llamaron diciéndonos que esta vez nos habíamos bañado con agua fría, pero que solo se trataba de un aviso para que supiéramos que la próxima (como habían jugado con el gas) iban a hacer explotar la casa entera. Entramos en pánico total. Inmediatamente devolvimos la casa y nos mudamos a Córdoba. No solo fue un gasto económico muy grande, sino que además de eso, el miedo, la paranoia, el sentirnos perseguidos todo el tiempo y no saber de dónde venía eso. Era una voz masculina que no conocíamos pero que estaba cerca nuestro”, recordó la Miss Argentina.

Cada vez peor

Mientras se acercaba la fecha de la fiesta, más se intensificaban los llamados amenazantes: “Días antes del evento recibimos una llamada donde nos decían que tuviera cuidado con ir a la fiesta porque ‘esa carita de reina te la vamos a quemar con ácido. Mira la carita linda de tu hija porque va a ser la última vez que la vas a ver así. Si vos querés seguir participando en reinados pensalo bien porque esa carita ya no te va a ayudar más’. Todo haciendo referencia a querer arruinarme de tal forma para frustrar mi carrera y mis objetivos, siempre enfocado a los reinados”.

El nivel de shock con esta última amenaza fue tal que Alina no sólo decidió no ir a la fiesta, sino que le rogó a su madre que la sacara del país. “Tenía tanto pero tanto miedo que quería estar lo más lejos posible de Colonia Caroya cuando fuera el evento”, recordó.

Antes de irse, acudió a la comisaría de la ciudad junto a su madre para presentar la denuncia. Allí prestaron su declaración de los hechos, compartieron capturas de pantalla con mensajes recibidos, y audios con llamadas grabadas. Posteriormente comenzó el trabajo de la Justicia, que empezó a investigar el origen de los llamados y a tratar de descubrir los motivos detrás de ellos. “Todavía están investigando por qué lo hacía, pero supongo que hay ex reinas involucradas que tendrían un vínculo emocional con él”, contó Alina.

“Investigaron, rastrearon las sábanas telefónicas, hicieron identificación de voces, realmente fue un trabajo de inteligencia excelente. Así fue que llegaron al periodista Ignacio Morera”, agregó. Morera es de Jesús María, ciudad que colinda con Colonia Caroya. La joven contó que no tenía ningún tipo de vínculo con él. Que solo lo conocía de vista, por habérselo cruzado en eventos a los que ella acudía y que este chico conducía.

El pedido de disculpas

Paralelo al trabajo de la Justicia, la madre de Alina investigó por su cuenta. Con la voz del joven en las llamadas que había grabado, Silvia Toraño comenzó a compartir los audios con gente de Colonia Caroya para saber si alguien lo reconocía.

Al final, una persona nombró al periodista acusado, que en ese momento trabajaba en una conocida radio de la ciudad. Silvia conocía al dueño, por lo que le llamó por teléfono para contarle lo que había pasado. “Diez minutos después de que corté con Cristian Bazán (el dueño de la radio), Morero me llamó por teléfono. No sólo me reconoció que había sido él quien había hecho las llamadas, sino que se justificó diciendo que todo se trató de una broma que se le fue de las manos”, contó Silvia a Clarín.

Por esos días, la madre de Alina estaba realizando un tratamiento de rayos y quimioterapia contra el cáncer. “Estábamos horrorizados. Todo esto venía a sumarnos un problema más a todo lo que estaba pasando con mi salud. No te puedo explicar las noches en vela que he pasado”, agregó la mujer.

En ese llamado telefónico en el que Morera le pidió disculpas, también le imploró que retirara la denuncia: “Literal, me dijo: ‘mira Silvia, fui yo, te pido mil disculpas, no pongas en jaque mi trabajo, yo soy un comunicador, soy un periodista importante’. A lo que yo le respondí que lo hubiera pensado antes”.

La mamá de Alina contó también que, hasta la noche anterior del pedido de disculpas, ambas habían recibido amenazas.

“El momento de denunciar es antes”

“Todo esto que me pasó me dejó en claro que no hace falta llegar a la violencia física, o a que yo aparezca con la cara quemada con ácido o incinerada después de que me quemen la casa, para denunciar. El momento es antes. Por más que te traten de exagerada, el momento es antes. No hay que esperar a que las cosas efectivamente pasen”, insistió Alina.

“A mí me tocó vivir en primera persona el miedo, la angustia, el no dormir por la incertidumbre de lo que pueda llegar a pasar. Pero es el miedo sobre todo, porque sentís tu vida y tus sueños amenazados, y no entendés por qué te pasan estas cosas”, reflexionó la cordobesa.

“Y entendí también, de primera mano, que la violencia de género no son solamente golpes físicos, sino también la palabra, la mirada indiferente que se convierte en humillación, la manipulación psicológica y emocional. Y la importancia de aferrarse a la familia y hablar con tus seres queridos de lo que te pasa, es lo que te permite y te da esa motivación de llevar la palabra a la acción. A mí me daba miedo denunciar, pero mi mamá me incentivó y me dio la fortaleza. El miedo siempre está, pero por más que la justicia sea lenta y muchas veces nos quejemos de esto, tarde o temprano llega”, cerró la joven.

Alina en el certamen Miss Universo

La cordobesa de 22 años participó este 2021 del certamen más importante de los reinados en el mundo. La 70ª edición del evento se llevó a cabo la segunda semana de mayo, en Miami, Estados Unidos. “El Miss Universo para nosotras es el equivalente al mundial de fútbol de los jugadores”, contó la joven.

Alina pasó la primera ronda y llegó a estar entre las 21 finalistas, un puesto que Argentina no conseguía desde 2014. Akselrad tomó notoriedad a nivel nacional cuando durante la participación del certamen, al momento de desfilar con trajes típicos, eligió un atuendo deportivo con la imagen de Diego Maradona, para homenajear al 10.

Sobre aquella decisión, la Miss contó que “fue en equipo”. “Yo primero tenía en la cabeza algo relacionado al tango, o a la cultura gaucha, incluso pensé en los cultivos de trigo para homenajear al campo”, relató. El giro estuvo dado por Osmel Sousa (director Nacional de Miss Universo Argentina, de origen Venezolano), quien le dijo: “Vos sabrás mucho sobre cómo ven ustedes mismos a Argentina. Ahora yo te voy a decir cómo vemos a tu país, quienes lo miramos de afuera. Lo primero en lo que pensamos al identificarlo, es en la pasión que genera en ustedes el fútbol, en Messi y en Maradona”. Así fue que decidieron encontrar el atuendo perfecto para brindarle homenaje al futbolista, a pocos meses de su muerte.

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